Comienzan a hacerse públicos los resultados de las encuestas de salida de la elección 2009. Si bien la participación fue mayor a la de 2003, lo cual puede atribuirse en parte al movimiento anulacionista y quizá también a la intensa campaña de medios del nuevo COFIPE, algunos sesgos en la participación se mantienen casi sin cambio.
Año | 1997 | 2000 | 2003 | 2006 | 2009 |
Lista nominal | 52,208,965 | 58,782,737 | 64,710,596 | 71,374,373 | 77,470,785 |
Votos válidos | 29,251,017 | 36,782,000 | 25,738,637 | 40,588,729 | 32,636,198 |
No registrados | 13,977 | 31,461 | 16,359 | 297,989 | 56,417 |
Nulos | 855,227 | 788,157 | 896,649 | 904,604 | 1,867,729 |
Total | 30,120,221 | 37,601,618 | 26,651,645 | 41,791,322 | 34,560,344 |
Participación | 57.69% | 63.97% | 41.19% | 58.55% | 44.61% |
Nulos/Total | 2.84% | 2.10% | 3.36% | 2.16% | 5.40% |
Parametría da a conocer algunos resultados interesantes de su encuesta de salida (nota: mis comentarios en cursiva).
Género. La participación de las mujeres es 5% menor a la del padrón. Y la de los hombres 5% mayor. Esto puede tener un impacto importante en los triunfos o derrotas de las candidatas a diputadas.
Edad. Los jóvenes son los que menos votan el día de la jornada electoral. Sin embargo, en el 2000 ésta constante se cuestionó por la alta participación de los jóvenes. El segmento de 18 a 25 años, 16% del padrón, sólo representó 13% del voto. El diferencial es un poco mayor (26 vs. 22%) en el segmento de población de 26 a 35 a años. En los segmentos que van de 36 a 45 años y de 46 a 55 años no se observan diferencias importantes con los votantes del 5 de julio. Pero los mayores de 55 años, el sesgo es de 4% más respecto a lista nominal.
Es por ello que, a pesar de la frescura que las plataformas “pro-jóvenes” y las iniciativas juveniles traen a las campañas, éste no es un segmento que, por sí mismo, garantice un triunfo electoral en una elección bipartidista (pero quizá sí lo sea en una elección multipartidista). En efecto, el segmento de edad mediano del padrón está entre 36 y 45 años, pero el segmento mediano de votantes probables es un poco mayor–y tenderá a envejecer un poco más en los próximos años.
Escolaridad. Hay un claro sesgo entre los electores de mayor escolaridad. Los votantes sin ninguna instrucción formal están 2 puntos por abajo de lo que representa su segmento. Los de primaria y secundaria estuvieron 7 y 4 puntos respectivamente por abajo del peso de su segmento. Mientras que los votantes con preparatoria y universidad se ubicaron 4 y 7 puntos respectivamente por arriba de su promedio nacional.
Es por ello que, a pesar del sesgo negativo en participación, un partido o candidato que apela a un grupo de edad con nivel de estudios de secundaria o menos sí puede llevarse una mayoría de votos (7+27+24=58%). Por otro lado, una plataforma “ilustrada/moderna/vanguardista” que apela a los votantes con estudios de al menos preparatoria no es suficiente para alcanzar una mayoría–ni siquiera considerando el sesgo positivo de su participación (20+21=41%). El segmento escolar mediano del padrón es de secundaria–y tenderá a ser más educado en los próximos años.
Por último, también podemos especular sobre el efecto de esta conformación del electorado en el tipo de mensajes que escuchamos durante las campañas y los debates. Si te ofende la oferta política nacional, es muy probable que no pertenezcas a alguno de los segmentos decisivos del electorado: quizá eres muy especial pero no eres pivotal… but time is on your side.