La ley señala que cada sección electoral tendrá como máximo 1500 electores y cada casilla un máximo de 750 boletas (Art. 239, COFIPE). Esto permite que la gran mayoría de los ciudadanos tengan una casilla cercana. Por desgracia, las casillas especiales tienen la misma restricción: 750 boletas.
En casillas ordinarias siempre sobran boletas (por el abstencionismo) y en las especiales siempre faltan (porque hay muchos votantes en tránsito o que no actualizan su domicilio ante el IFE). No reclames al funcionario de casilla, reclama al legislador inflexible que no ha permitido tener casillas especiales con más boletas por temor a quién sabe qué.
Aunque suene lógico, tampoco se pueden “mover” o “prestar” boletas de una casilla a otra. ¿Por qué? Para que confíes en la integridad de cada casilla: hay una boleta para cada elector registrado en la lista nominal aunque no llegue a votar. Imagina el escándalo que se armaría si vieras que las boletas van y vienen de una casilla a otra en un país en que se desconfía hasta de los lápices. En otros países sí se puede hacer porque las boletas no tienen tantos controles de seguridad y (casi) nadie se espanta. Aquí no se puede porque casi nadie confía en nadie, comenzando por los partidos políticos.
Es hora de ir confiando más en los ciudadanos y en garantizar el derecho al voto a quienes se encuentren en tránsito o lejos de sus domicilios. No reclames al funcionario de casilla que solamente quiere ayudarte sin pago alguno –él no escribió la ley. Reclama a tus legisladores.
Otra solución sería instalar un mayor número de casillas especiales (el máximo es 5 por distrito según la ley). Aquí la restricción es muy similar a la de casillas ordinarias: muy pocos ciudadanos insaculados aceptan ser funcionarios de casilla. Por su lado, muy pocos consejos distritales llegan al tope de 5 porque saben que: 1) será difícil conseguir funcionarios de casilla para atender a los residentes del distrito, y 2) que a lo largo de la jornada puede haber problemas, gritos y reclamos en casillas especiales porque, adivinaste, las boletas se acaban rápido. ¿Detectas un patrón aquí?
La política tiene algo de tragedia.
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