El costo social de los sindicatos

En la discusión pública reciente sobre reforma laboral han salido a flote confusiones comunes sobre el papel de los sindicatos y los empleadores en el mercado laboral. Según la narrativa más simplista, los patrones son malos y, por defecto, los sindicatos son buenos. Y como la iniciativa de reforma laboral afecta a los sindicatos, seguramente es mala también. ¿Será?

¿Cuál es el costo social de los sindicatos? Vayamos por partes. Existe una amplia literatura al respecto (por ejemplo, aquíaquí y aquí). En principio, un sindicato permite conseguir mayores salarios o prestaciones para sus agremiados (“las conquistas”). Pero nada es gratis: los mayores salarios de los trabajadores sindicalizados afectan los salarios de los trabajadores no sindicalizados y el nivel total de empleo. Las conquistas salariales de unos, son las rigideces y el desempleo enfrentados por otros.

Vamos con peras y manzanas. La siguiente figura ilustra el impacto de los sindicatos en un mercado laboral simple (figura tomada de este paper, págs. 26-27).

La gráfica muestra la demanda por mano de obra de empresas con sindicato (línea roja) y sin sindicato (línea azul). El eje vertical mide salarios, y el eje horizontal mide la cantidad de mano de obra contratada: a mayor salario, menos mano de obra demandada y viceversa. Ambas demandas se grafican como un espejo: o te contrata una empresa roja o una azul. Ambas demandas suman 0.9, la proporción de mano de obra no calificada respecto de la fuerza laboral total.

En un mercado laboral competitivo sin sindicatos, las empresas rojas contratarían 42% de la mano de obra con el salario w_c. Tras la entrada de sindicatos, el salario sube hasta u (con una prima salarial de 15%). Como consecuencia, las empresas sindicalizadas reducen sus contrataciones de 42% a 32%. Esto produce una pérdida de bienestar denotada por el área acde: los trabajadores rojos ganan más que antes, pero hay menos trabajadores contratados en esas empresas. 

En un mercado competitivo, la mano de obra desplazada por los sindicatos será absorbida por las empresas azules (que no tienen sindicatos) pero con salarios w menores a w_c: Al enfrentar una mayor oferta de mano de obra, las empresas azules contratan más empleados pero a menores salarios que antes. Este aumento en empleo genera una ganancia de bienestar denotada por el área cdeb: las empresas no sindicalizadas contratan más gente, pero con menores salarios.

Con la introducción del sindicato en las empresas rojas, unos empleados ganaran mayores salarios pero los empleados azules recibirán menos. Esto no es una mera transferencia de excedentes: el triángulo acb denota la pérdida neta de bienestar social tras la introducción de sindicatos en la economía.

En el mundo real, el tamaño del triángulo acb, el costo social de los sindicatos, depende de muchos otros factores pero este ejemplo sencillo ayuda a ilustrar varios puntos adicionales estudiados en la economía del sector laboral:

  1. Como los trabajadores sindicalizados reciben salarios mayores que los demás, los sindicatos pueden crear desigualdad en la distribución del ingreso de todos los trabajadores. No sólo existe un conflicto distributivo entre patrones y empleados, sino otro más entre empleados sindicalizados y el resto.
  2. Las conquistas del sindicato implican mayores costos laborales para las empresas rojas. Frente a mayores costos para contratar o despedir empleados, la empresa con sindicato puede acabar discriminando a trabajadores más jóvenes o menos capacitados que los protegidos.
  3. En este modelo, los sindicatos desplazan trabajadores a otras empresas con menores salarios, pero si las empresas azules no los contratan, entonces el sindicato puede inducir desempleo.
  4. La solución tampoco es que por ley “todas las empresas tengan sindicatos”: hacerlo produciría desempleo o bien un mercado laboral informal (o ambas cosas).

Es por ello que a menudo se dice que los sindicatos producen distorsiones en el mercado laboral. Distorsión es una de esas palabrejas neoliberales que irritan a muchos. En este caso simple, las distorsiones quieren decir desigualdad, discriminación o desempleo.

En realidad, ni todas las industrias ni todos los sindicatos son iguales. Mientras más competitiva sea la industria, o mientras más competencia entre sindicatos haya, menores serán las distorsiones. El diablo está en los detalles pero este ejemplo simple sirve para ilustrar algunas de las implicaciones más obvias de los sindicatos. Vale la pena entender cómo funcionan los mercados laborales para poner la indignación (y la atención) donde más falta hace.

Nota al pie: se siente bien escribir un blog post de microeconomía luego de tantos años.

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1 thought on “El costo social de los sindicatos

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